La cartografía del paraíso es espacio y acción; temperatura adecuada en el estrecho callejón entre el sillón y la biblioteca, con luz suficiente para no tener que seguir las palabras con los dedos, la taza de café; elementos que satisfacen los puntos vitales del cuerpo y dejarle la imaginación a la lectura, al viaje, y geografías en la memoria por visitar.